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Detección de contaminación radiactiva en Canarias

El título de esta entrada del blog puede parecer muy llamativo, pero no hay que alarmarse. 🙂 El caso es que hace pocos días ha salido publicado en la revista Journal of Environmental Radioactivity un artículo corto (lo que en ciencia llamamos «short communication» ) titulado Arrival of radionuclides released by the Fukushima accident to Tenerife (Canary Islands), del que soy co-autora. El trabajo fue liderado por colegas del Laboratorio de Médica Física y Radioactividad Ambiental de la Universidad de La Laguna, y en él colaboramos algunos compañeros del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña.

En este artículo se demuestra que, dos semanas después del accidente que tuvo lugar en la central nuclear de Fukushima-Daiichi (marzo de 2011), en Canarias pudimos detectar picos de concentraciones de los isótopos 131I, 137Cs y 134Cs. Las medidas se realizaron en dos estaciones situadas en la isla de Tenerife. Una de las estaciones es la que llamamos FIMERALL, localizada en las instalaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, a 300 m sobre el nivel del mar. La otra estación es Izaña, situada en la troposfera libre, a 2400 m sobre el nivel del mar.

Las concentraciones de actividad radiactiva se miden en Bequerelios (Bq) por metro cúbico. En nuestro estudio medimos máximos de 1.851 mBq/m3 de 131I, 0.408 mBq/m3 de 137Cs y 0.382 mBq/m3 en el caso del 134Cs. Las actividades medidas en FIMERALL fueron superiores siempre a las que se registraron en Izaña, por lo que se deduce que la pluma radiactiva llegó a la isla asociada a masas de aire a baja altitud. Se realizaron simulaciones de la dispersión potencial de la nube radiactiva, para el caso del 137Cs, y se encontró que la contaminación radiactiva alcanzó regiones remotas, entre ellas las islas Canarias, situadas en la región subtropical oriental del Atlántico Norte.




Planta nuclear de Fukushima-Daiichi en el año 2002. Fuente: Wikipedia

¿Debe todo esto preocuparnos? La respuesta es claramente que no. La dosis efectiva de radiación a la que estuvimos expuestos en Tenerife durante ese episodio fue de 1.17 nSv (Sv es Sievert, la unidad en la que se expresan las dosis de radiación absorvida por la materia viva). Esta dosis es menor a una millonésima parte del máximo anual permitido para la población. Claramente no existió riesgo alguno para la población. Sin embargo, el transporte de masas de aire puede traernos algún «regalito» de vez en cuando, ya sea en forma de productos de un accidente nuclear o de contaminación de cualquier otro tipo, por lo que es importante monitorizar lo mejor posible la calidad del aire y seguir avanzando en la investigación del transporte de contaminantes y su predicción.

El artículo puede encontrarse aquí. Su referencia completa es esta: M. López-Pérez, R. Ramos-López, Nayra R. Perestelo, X. Duarte-Rodriguez, J.J. Bustos, S. Alonso-Pérez, E. Cuevas, J. Hernández-Armas. Arrival of radionuclides released by the Fukushima accident to Tenerife (Canary Islands). Journal of Environmental Radioactivity, 116 (2013), pp. 180-186. doi: 10.1016/j.jenvrad.2012.09.011

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