En algún momento de hace unas semanas se me pasó por la cabeza volver a Twitter (yo la sigo llamando así) por curiosidad, para ver qué se cuece por allí. La verdad es que el panorama en esa red social me parece más espeluznante que nunca. Eso sí, tengo una recopilación de capturas de pantalla para enmarcar, dignas de los máximos exponentes del cuñadismo ilustrado. Aquí un ejemplo.
Ya ves, ante la noticia de la carta firmada por dos mil científicos de diferentes países denunciando el “peligro real” de Trump: “El sistema científico está siendo destruido”, alguien opina que el progreso y la ciencia no son compatibles. Alucinante.
Sí, ya sé que con progresismo se quiere referir a una opción política que no le gusta, pero no entiendo qué llevó a hacer pensar a alguien que el progreso es malo y puede usarse básicamente como un insulto. Un progresista solo puede ser una persona que quiere el progreso, independientemente de sus ideas políticas, y precisamente el progreso va muy de la mano de la ciencia.
Seguramente compartiré por aquí las mejores burradas que encuentre en Twitter, ya que es una fuente inagotable de material de este tipo.
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