Según ha dicho Nicholas Negroponte, co-fundador de One Laptop Per Child, en el congreso EmTech Conference, cuatro minutos después se descubrir las cajas llenas de tablets uno de los niños activó el botón de encendido de una de ellas. Cinco días después cada niños ya usaba 47 aplicaciones al día. A las dos semanas de haber encontrado estos nuevos juguetes ya cantaban canciones en inglés, y en cinco meses ya habían hackeado el sistema operativo Android. Esto último es especialmente curioso: alguien de la organización decidió que los niños no pudieran usar la cámara, pero ellos encontraron la manera de saltarse esa restricción. Además la organización había bloqueado por software la posibilidad de que se pudiera modificar el escritorio del sistema operativo, pero los niños etíopes hackearon el sistema consiguiendo poder modificarlo. A final la tablet de cada niño tenía una apariencia diferente, «customizándola» cada uno a su gusto. Esta fue una gran demostración de creatividad e inteligencia por parte de los niños.
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