Este mes de septiembre se ha hablado y escrito mucho sobre intensas tormentas de polvo en Oriente Medio. Israel ha sido noticia porque se dice que se han registrado allí las concentraciones de polvo en suspensión más grandes de la historia del país (que tampoco es que tenga una historia muy larga, porque Israel como lo conocemos ahora solo existe desde 1948). Algunos medios han utilizado incluso el término «plaga» para referirse a este fenómeno. La compañía eléctrica Israel Electric Corporation informó de que se batió el record de consumo eléctrico en el país el pasado día 9 de septiembre, ya que los habitantes del país usaron el aire acondicionado como si no hubiera un mañana.
En Israel, como en otros países de la zona, usan aire acondicionado, tienen buenos servicios meteorológicos y autoridades sanitarias para avisarles y darles consejos sobre lo que no deben hacer bajo condiciones de tormenta de polvo y, quieras o no, están bastante a salvo. El problema es que ahora mismo hay una parte de la población de Oriente Medio que lo está pasando extremadamente mal, y de entre esos hay unos especialmente vulnerables: los refugiados de guerra.
Como no tenían ya bastante con su desgracia, huyendo de una cruel guerra, esta pobre gente también sufre las consecuencias de un fenómeno natural tan habitual en el medio oriente como las tormentas de polvo del desierto. Durante la primera semana de septiembre una tormenta de polvo pilló de lleno a una gran cantidad de refugiados sirios en un campamento situado en Jordania. En muchos sitios de internet pueden verse imágenes como estas que muestro a continuación.
Esta tormenta de polvo es la misma que también afectó a Israel, a Líbano, a Siria, a Chipre y a Iraq. Debido a ella murieron 8 personas y miles han sufrido problemas respiratorios, según informó la agencia AFP desde Beirut.
Ya habían sufrido una tormenta de polvo parecida a esta en ese campamento en Agosto. En Jordania han sabido actuar rápido y parece que no ha ocurrido ninguna fatalidad en el campamento, pero es de vital importancia estar atentos para poder prevenir un desastre. Esta es una razón más para mejorar los sistemas de predicción de tormentas de polvo y las estrategias para mitigar sus posibles efectos.
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