Esta semana ha sido noticia la respuesta que el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, ofreció a un periodista durante una rueda de prensa. Trudeau se encontraba en el Perimeter Institute for Theoretical Physics (Waterloo, Ontario), instituto de investigación al que el gobierno canadiense ha concedido una financiación de 50 millones de dólares para 5 años. Uno de los periodistas, al llegar su turno de pregunta, bromeó acerca de su intención de preguntarle a Trudeau sobre computación cuántica y, en ese momento, el Primer Ministro respondió esto:
En el vídeo puedes ver cómo Justin Trudeau ofrece una explicación básica sobre la diferencia entre un ordenador normal, como los que utilizamos todos los días, y un ordenador cuántico. Explica por qué la computación cuántica ofrece ventajas, ya que los estados cuánticos permiten codificar información más compleja que meros ceros y unos en un bit de información. Todo esto, entre aplausos (incluso antes de comprobar si lo que iba a decir era correcto), caritas arrogantes del protagonista y más aplausos. Lo cierto es que lo que ha explicado está bien, y tiene mérito explicarlo de manera tan sencilla. El caso es que tanto aplauso y tanta difusión en los medios me hace pensar que en general esperamos muy poco de los conocimientos científicos de los políticos.
Justin Trudeau es licenciado en literatura inglesa y en educación. Según he podido leer en Wikipedia, fue profesor de francés y de matemáticas antes de comenzar estudios de ingeniería (solo un año) y luego estudió un máster en geografía medioambiental. Está claro que es un hombre muy preparado. Puede perfectamente estar interesado en la ciencia y la tecnología más allá de las áreas de conocimiento que ha estudiado, y sin duda tendrá muy buenos asesores que le proporcionen información relacionada con los sitios que visita. No dudo que supiera de qué estaba hablando en la famosa rueda de prensa, si bien me pareció una respuesta muy ensayada, que es mucho mejor que no saber responder. Supongo que la mayoría coincidiremos en que no es tan difícil que una persona con su preparación y los medios con los que cuenta responda correctamente a la pregunta del periodista. Entonces, ¿por qué tanto revuelo por esta respuesta? ¿Por qué se le da tanto mérito?
Me temo que la respuesta es que simplemente estamos acostumbrados a que los políticos (los nuestros y los de los demás) no hablen de ciencia. Sabemos, por la atención que la mayoría le prestan, que ni les interesa la ciencia. No muestran públicamente curiosidad por ella. No contribuyen a la importante tarea de la divulgación científica, escenario donde quizás solo recordemos a Al Gore. Cuando uno lo hace, como esta vez el Primer Ministro canadiense, parece una proeza digna de alabanza. Nos sorprende que un político sepa algo sobre ciencia.
Esto me lleva a preguntarme cuántos políticos han tenido o tienen formación (no ya solo curiosidad) científica. De entre los más conocidos en Europa y España, Angela Merkel es Doctora en Física, como lo es también el español Javier Solana (ex-ministro socialista y ex-Secretario General de la OTAN, entre otros muchos cargos), o el hispano-argentino Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos. Margaret Thatcher se graduó en Química, disciplina en la que también se doctoró Alfredo Pérez Rubalcaba. Gaspar Llamazares es médico, y Cristina Garmendia es Doctora en Biología. Seguro que hay más líderes de estados, ministros, y por supuesto más políticos locales, con formación científica, pero cuesta mucho identificarlos, por lo que sospecho que muchos no serán. Solo en China puede verse una cierta inclinación de la balanza hacia profesiones científicos-técnicas en su líderes políticos, como es el caso de Hu Jintao (Presidente entre 2003 y 2013), que es ingeniero hidráulico, Jiam Zemin (Presidente entre 1993 y 2003), que es ingeniero eléctrico, o Wen Jiabao, ingeniero geólogo, Premier del país y Secretario del del Partido de su Consejo de Estado. Como dato revelador, en el año 2009 de los 9 miembros del Comité Central del Partido Comunista de China, 8 eran ingenieros y el restante era un abogado.
En el año 2009 el diario The Economist publicó esta estadística sobre los políticos y sus profesiones, donde queda claro que la mayoría han estudiado leyes, son del área de empresa, diplomacia, o militares. En los últimos puestos están los médicos, los profesores y los ingenieros. No aparecen profesionales de la investigación en ciencias como la física, la química o la biología.
Obviamente, los investigadores y profesores de ciencias también tenemos nuestras inclinaciones políticas, como cualquier ciudadano. Entonces, ¿por qué hay tan pocos en primera fila política? En primer lugar diré que veo claro que entre legisladores van a primar las personas que estudiaron precisamente leyes. Veo lógico que sean los más dispuestos y con más vocación para dedicarse a la política, por lo que no me choca que estén en los primeros puestos en la gráfica anterior. El caso de la ausencia de científicos creo que es debido a que dedicarse a la ciencia supone tener un trabajo tan absorbente, tan absolutamente a tiempo completo en el más amplio sentido de la palabra (vamos, que no hay horario), que no permite fácilmente invertir tiempo en militancia política, además de ser un trabajo muy vocacional. La concentración en la ciencia es vital, y quien haya forjado una carrera investigadora en ciencia no arriesgará fácilmente a descolgarse de la carrera por invertir tiempo en la política. Esa es mi hipótesis.
Independientemente de la explicación que pueda tener el hecho de que no hayan muchos científicos en política, lo cierto es que se ve necesario que sí los haya. Los aplausos a una simple explicación sobre un tema relacionado con ciencia y tecnología dan cuenta de lo lejos que estamos de asumir que un político debería tener cierta cultura general, que incluye cultura científica básica, pues también va a legislar y a repartir partidas presupuestarias que afectarán a la ciencia. Necesitamos más políticos que sepan de ciencia.
[…] Alonso, profesora de la Universidad Europea de Canarias, se pregunta en su blog qué conocimientos científicos esperamos de nuestros políticos. Todo ello a cuento de la respuesta que Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, a un […]